2.11.12

MONSEÑOR MEJÍA, EL PASTOR PROFESOR

San Francisco de Macorís.- En muchas ocasiones escuchamos decir que a los católicos no les interesa educarse en la fe y que no participan de las actividades de capacitación que son organizadas por las parroquias, pero esta afirmación no es correcta y prueba de ello es que a pesar de las fuertes lluvias que estaban cayendo sobre San Francisco de Macorís uno de los martes en que el obispo de la Diócesis, Monseñor Mejía, impartía cátedra sobre teología, la iglesia Sagrado Corazón de Jesús lucía con una asistencia masiva. 
Más de doscientas personas acudieron al llamado que realizara el reverendo Padre Baret, párroco de dicha iglesia, para participar de un Diplomado sobre Teología que impartiría el nuevo obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís, que cabe destacar es el número 36 que imparte según sus propias palabras. 
 Cuaderno y Biblia en mano los estudiantes, entre los que se destacan jovencitos, escuchan atento al Obispo que con un carisma especial transmite los conocimientos a los fieles católicos hambrientos de conocer más nuestra religión, que aunque han querido destruir, más dos mil años después sigue siendo la más fuerte. 
 En los laterales del amplio templo, un arcoíris de sombrillas adorna el espacio señalando que la lluvia no impide que se trasladen desde los diferentes puntos de la ciudad en busca de nuevos conocimientos que les permitirá querer y defender cada día su fe católica. 
 Solo amamos lo que conocemos por lo que cada sacerdote debe seguir el ejemplo de nuestro obispo, ser maestro de los cientos, de los miles de feligreses que están ansiosos de adquirir nuevos conocimientos que a su vez transmitirán a su familia con lo que se puede crear una base que beneficiará a todos, porque la familia que conoce a Cristo en una familia de bien. 
 Al ser cuestionado sobre cuál era el objetivo de impartir estos diplomados monseñor Mejía señaló que educar en la fe es fundamental para crear verdaderas familias de Cristo y que por esto cada día hace todo lo posible por continuar su labor de educador y por lo que pudimos apreciar muchos padres de familias están conscientes de que sin el poder que solo ofrece la fe le sería muy difícil llevar a cabo la tarea de ser padre y madre de los hombres y mujeres, que hagan el trabajo de tener un mejor futuro. 
 La historia de nuestra religión está llena de hechos que son ejemplos de fe, de amor al prójimo y hoy más que nunca nuestra sociedad, nuestros jóvenes necesitan conocer esos hombres y mujeres que ayer ofrendaron su vida para que hoy pudiéramos decir a pleno pulmón y sin ningún temor a represalias, “SOY CATOLICO”. 
 Desde el pulpito seamos más profesores que reverendos, porque hay hambre de conocimiento..

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