WASHINGTON.- La filtración de más de 250,000 mensajes enviados por diplomáticos de Estados Unidos en su mayoría en los últimos años no supone una amenaza para la seguridad del país, según el portavoz de Wikileaks, Kristinn Hrafnsson
La Casa Blanca condenó ayer como "peligrosa y temeraria" la filtración de los cables diplomáticos por Wikileaks y hoy el fiscal general de EE.UU., Eric Holder, informó que su departamento abrió una investigación criminal por esa filtración masiva de documentos diplomáticos, lo que, considera, "supone un riesgo para la seguridad nacional" del país.
El fiscal general explicó que su departamento mantiene abierta una investigación criminal, junto con el Departamento de Defensa, para determinar las responsabilidades de la filtración.
"No puedo avanzar todavía resultados, pero la investigación criminal está en marcha", apuntó en una comparecencia ante la prensa.
Pero Hrafnsson dijo en declaraciones a la cadena de televisión CNN que "nada en los cables plantea un problema de seguridad nacional" "Si hablamos de tensión en relaciones bilaterales o situaciones embarazosas, eso no entra en la categoría de seguridad nacional", afirmó el portavoz de Wikileaks, quien señaló que más de la mitad de los cables divulgados no son confidenciales.
Hrafnsson añadió que Wikileaks no tiene ningún documento clasificado como "máximo secreto". Según el diario The New York Times, uno de los cinco medios a nivel mundial que tuvo acceso por adelantado a los cables diplomáticos, unos 11.000 documentos estaban clasificados como "secretos".
Otros 9,000 estaban considerados como "noforn", una abreviatura en inglés para indicar que se trata de material considerado demasiado delicado como para compartirlo con Gobiernos extranjeros.
Por lo demás, el portavoz de Wikileaks también dijo a CNN que no esperaba que los documentos revelasen tanto espionaje por parte de diplomáticos estadounidenses.
"Nos sorprendió el grado de espionaje", señaló Hrafnsson.
Entre las revelaciones contenidas en los documentos está la de que el Gobierno estadounidense dio instrucciones a sus diplomáticos para que espiasen a políticos extranjeros y altos funcionarios de la ONU, entre ellos el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
De EFE
La Casa Blanca condenó ayer como "peligrosa y temeraria" la filtración de los cables diplomáticos por Wikileaks y hoy el fiscal general de EE.UU., Eric Holder, informó que su departamento abrió una investigación criminal por esa filtración masiva de documentos diplomáticos, lo que, considera, "supone un riesgo para la seguridad nacional" del país.
El fiscal general explicó que su departamento mantiene abierta una investigación criminal, junto con el Departamento de Defensa, para determinar las responsabilidades de la filtración.
"No puedo avanzar todavía resultados, pero la investigación criminal está en marcha", apuntó en una comparecencia ante la prensa.
Pero Hrafnsson dijo en declaraciones a la cadena de televisión CNN que "nada en los cables plantea un problema de seguridad nacional" "Si hablamos de tensión en relaciones bilaterales o situaciones embarazosas, eso no entra en la categoría de seguridad nacional", afirmó el portavoz de Wikileaks, quien señaló que más de la mitad de los cables divulgados no son confidenciales.
Hrafnsson añadió que Wikileaks no tiene ningún documento clasificado como "máximo secreto". Según el diario The New York Times, uno de los cinco medios a nivel mundial que tuvo acceso por adelantado a los cables diplomáticos, unos 11.000 documentos estaban clasificados como "secretos".
Otros 9,000 estaban considerados como "noforn", una abreviatura en inglés para indicar que se trata de material considerado demasiado delicado como para compartirlo con Gobiernos extranjeros.
Por lo demás, el portavoz de Wikileaks también dijo a CNN que no esperaba que los documentos revelasen tanto espionaje por parte de diplomáticos estadounidenses.
"Nos sorprendió el grado de espionaje", señaló Hrafnsson.
Entre las revelaciones contenidas en los documentos está la de que el Gobierno estadounidense dio instrucciones a sus diplomáticos para que espiasen a políticos extranjeros y altos funcionarios de la ONU, entre ellos el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
De EFE
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